Un pecado que, gracias a las facilidades que nos brinda la tecnología, es cada día más fácil practicar. Ignorando que Dios siempre nos ve, son muchos los varones, incluso miembros de nuestras congregaciones, que dedican tiempo y fuerzas a la consulta de pornografía (del griego pornéia, que significa prostituta y que consiste en la exhibición de mujeres desnudas y actos sexuales). Muchos incluso le roban tiempo al sueño, al descanso, a la convivencia familiar. Algunos varones casados lo hacen, absurdamente, mientras su mujer duerme en el lecho conyugal.
No es un asunto inocente: dice el Señor que quien mira a una mujer y la codicia YA COMETIÓ ADULTERIO EN SU CORAZÓN. Así que, sin temor a dudas, un adicto a la pornografía es en primer lugar un ADÚLTERO. Sobra decir que los tales no heredarán las promesas de Dios. No lo digo yo, lo dice Dios en su Palabra y no dejó en ella ninguna excepción estipulada.
No lo dude: si usted practica este mal hábito debe renunciar a él inmediatamente. Los peligros que usted corre, de seguir así, son altamente destructivos para su relación matrimonial, para su salud física y para su vida. Un día, dice también la Palabra respecto a este tipo de hábitos ocultos, su pecado lo alcanzará. No pasará mucho tiempo antes de que semejante adicción le pase la factura. El precio es altísimo. Nadie debería pagarlo.
No es un asunto inocente: dice el Señor que quien mira a una mujer y la codicia YA COMETIÓ ADULTERIO EN SU CORAZÓN. Así que, sin temor a dudas, un adicto a la pornografía es en primer lugar un ADÚLTERO. Sobra decir que los tales no heredarán las promesas de Dios. No lo digo yo, lo dice Dios en su Palabra y no dejó en ella ninguna excepción estipulada.
No lo dude: si usted practica este mal hábito debe renunciar a él inmediatamente. Los peligros que usted corre, de seguir así, son altamente destructivos para su relación matrimonial, para su salud física y para su vida. Un día, dice también la Palabra respecto a este tipo de hábitos ocultos, su pecado lo alcanzará. No pasará mucho tiempo antes de que semejante adicción le pase la factura. El precio es altísimo. Nadie debería pagarlo.